La Parcela

En 1980, Stephen Hubbell y Robin Foster establecieron una parcela forestal de 50 hectáreas, en el bosque maduro de Isla Barro Colorado (BCI). El objetivo de esta imperante parcela es conocer la historia de vida de las especies vegetales, sus interacciones, la dinámica de la comunidad, la diversidad tropical y cómo ésta se mantiene a lo largo del tiempo.

Por eso, cada cinco años se realiza un censo de árboles, cuyos tallos cuenten con más de un centímetro de diámetro (el grosor de su dedo pequeño) siendo estos marcados, cartografiados, medidos e identificados.

Esto significa que cada cinco años, más de 200,000 arbustos y árboles en la parcela son medidos, identificados por especie y ubicados con coordenadas GPS -un esfuerzo que inicialmente tomaba casi 16 meses, pero se ha podido reducir a través del tiempo ya que en la actualidad toma menos de un año. Esta parcela es de suma importancia debido a que ha sido verdaderamente útil para ecologistas y gestores forestales que necesitan entender los patrones de crecimiento de los árboles tropicales. Cabe destacar que el éxito de la parcela ha dado lugar a ForestGEO, una red de parcelas similares a la de BCI de investigación donde los métodos exactamente iguales aportan una perspectiva única sobre estos bosques. 

Los datos generados por la parcela nos brindan formación de conocimiento que se puede utilizar para entender mucho más acerca de los organismos del bosque y las interacciones que ocurren entre todo lo que lo habita, incluyendo animales, hongos, y más. Entre los estudios más destacados dentro de BCI figuran listas exhaustivas de especies de plantas, mariposas, aves, y mamíferos lo cual ayudó mucho en la comprensión de la biodiversidad del bosque tropical. Aunque inicialmente la parcela fue creada con un enfoque botánico como pionero en la dinámica forestal de un bosque tropical, pronto se fueron integrando estudios dirigidos a campos diversos incluyendo: interacciones entre los organismos que habitan el bosque y cómo un cambio en una parte del ecosistema puede afectar directamente a otras. Por ejemplo, el estudio de las interacciones entre los higos (árbol) y las avispas (polinizadores); esta relación es ventajosa para ambos organismos porque gracias a sus polinizadores, la planta se reproduce y dentro de las semillas de la planta, las avispas se refugian con sus crías. También se ha podido evidenciar la disminución en el número de monos aulladores con base en la maduración del bosque secundario y la disminución de algunas especies de higos, una de sus principales fuentes de alimento.

A lo largo de la isla se conocen numerosos senderos designados en honor a muchos de los grandes científicos pioneros en diversos campos de la ciencia aplicada en BCI. Sin embargo, todos estos científicos de entonces y de hoy no logran su trabajo por sí solos. Resulta que cuentan con ayuda esencial de asistentes, investigadores locales, y el conocimiento que existe en estudios pasados. Por eso, en esta ocasión, decidimos centrarnos en el valioso equipo de trabajo que día a día recorre los diferentes senderos dentro y fuera de la parcela de 50 hectáreas donde bajo arduo trabajo conservan el gran esfuerzo y objetivo de esta desde su creación. Estas personas, cada día se aventuran en los senderos de las parcelas conociendo más acerca de las plantas y obteniendo la experiencia necesaria para la correcta identificación de estas. Gracias a su esfuerzo, el legado de la parcela de 50ha y sus creadores se mantiene en vigencia en el presente, ya que aún es visitada frecuentemente para hacer muchos estudios científicos. Por eso, hablamos con algunas de las personas involucradas en el censo para saber quiénes son, enriquecernos con sus historias y conocer un poco sobre sus motivaciones en este trabajo poco convencional.

El equipo de trabajo en el censo correspondiente al año actual está conformado por personas con diferentes experiencias y una gama de niveles académicos donde todos comparten una fascinación por el entorno natural. Es magnífico saber que nos conecta la ciencia, pero también, el amor por la naturaleza. Aquí hay personas con licenciatura en Biología, técnicos en agropecuaria, también estudiantes de carreras afines, otros tienen habilidades totalmente empíricas dentro del campo. La mayoría de los trabajadores llegaron a BCI por el apoyo o recomendación de profesores, compañeros, amigos, colegas o vecinos que ya tenían experiencia laboral en la Isla. Entre las motivaciones de los trabajadores se encuentra: su atracción por la naturaleza, los retos que pueden encontrar cada día, la capacidad de solucionar problemas que puedan presentarse en su recorrido por las parcelas, y dejar un legado dentro de la historia de este grandioso trabajo a las próximas generaciones. Otra inspiración para los trabajadores es el aprendizaje que adquieren durante su trabajo en el bosque, por ejemplo: la aplicación de tecnología en el campo con la llegada del iPad para la recolección de datos, la posibilidad de aprender características importantes para la correcta identificación de las plantas y con esto, la capacidad de poder trabajar en un bosque tropical, lo que les permitiría salir a explorar estos tipos de bosques en otros países. 

Durante nuestras entrevistas no pudimos pasar por alto algunas frases de gran impacto entre las que destacan las siguientes: 

“Cuando yo me bajo de la lancha yo sé qué vengo a hacer, pero no sé con qué me voy a encontrar y somos muy afortunados por el tesoro de tener el campo o la naturaleza tan accesible” 

David Mitre

“Siempre hay algo diferente que aprender” 

Víctor Rojas 

“Es un desafío porque hay una vivencia cada día: estar rodeados de animales como las culebras, le tengo terror a las culebras, o si se cae un árbol cerca, pero es interesante, me gusta lo que hago”

Anayansi Cerezo 

“...me motiva cada día la emoción de poner en práctica mis talentos como botánico, además de tener la oportunidad de compartir muy buena experiencia en distintos países de Latinoamérica a través de congresos con personas que hacen la misma labor” 

Rolando Pérez

Con agradable sorpresa descubrimos que nuestra visita a la isla coincidiría con la llegada de Stuart Davies, actual director de la red global de ForestGEO del Instituto Smithsonian. Actualmente existen 73 sitios que forman parte de ForestGEO en cinco continentes. Pudimos hablar con Stuart sobre cómo llegó a estudiar bosques y cómo se convirtió en el director de esta importante red. Primero nos habló acerca de las metas principales de la creación de las parcelas: entender la diversidad y dinámica de los bosques tropicales y templados, además de brindar habilidades de campo e investigación en cada parcela para seguir con el estudio a largo plazo. Después compartió su idea de los bosques tropicales, de cómo conforman el ecosistema más complejo del mundo con base en la gran biodiversidad que albergan y de la cual podemos obtener numerosos beneficios. Finalmente, Stuart se dirigió a los estudiantes con un claro mensaje: No teman a contactar directamente a los científicos porque si hay interés, hay oportunidad: 

“A menudo los estudiantes son demasiado tímidos. No vienen ni se ponen en contacto con los científicos para decirles: Oye, ¿qué oportunidades tienes para una pasantía o una beca donde pueda ir y trabajar?"