Smithsonian Tropical Research Institute

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Encuarentenado

Desentrañando la gestión forestal
sostenible desde el encierro

Mayo 27, 2020

Colón

Edwin H. García empezó como estudiante de licenciatura en Agua Salud hace 8 años. Ahora lidera una investigación que permitirá estimar el valor de los árboles nativos para la reforestación y restauración

Cuando supo que los laboratorios del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) podían cerrar tras la llegada del COVID-19 a Panamá, Edwin García se recluyó en el laboratorio por varios días a pesar sus muestras de hojas, ramas y fustes de tres árboles nativos: cocobolo, amarillo y cedro espino. Si se iba a encerrar durante la cuarentena, al menos podía asegurarse de tener todos los datos que necesitaba para avanzar con su tesis de maestría.

“Me la pasaba todo el día y parte de la noche en el laboratorio pesando y pesando. Logré terminar un domingo a media hora del toque de queda de las nueve de la noche”, recuerda.

Es su primer experimento propio en 8 años, desde que llegó al proyecto Agua Salud de STRI en el 2012 como pasante. Estudiaba Recursos Naturales en Penonomé, porque le gustaba la naturaleza, pero no se imaginaba ser parte de un proyecto científico. Tampoco sabía de la existencia de STRI. Estuvo tres meses en el proyecto y al año siguiente volvió para su práctica profesional.

Agua Salud es un proyecto de investigación a largo plazo y a gran escala en la cuenca del Canal de Panamá que busca determinar las mejores prácticas para gestionar los recursos naturales de manera sostenible. Parte de esto es la reforestación inteligente: entender qué especies son las más adecuadas para el tipo de entorno que se busca restaurar.

Para Edwin sería una escuela. Ganaría experiencia en el campo, midiendo los distintos árboles y aprendiendo a identificar especies. Después de graduarse lideraría otros grupos encargados de hacer mediciones en las plantaciones experimentales, incluyendo estudiantes.

Durante esos años vivió en El Giral, Colón, en las casas que arrendaba el proyecto Agua Salud. Los fines de semana viajaba a su hogar en el interior del país. Después de varios años estableciendo parcelas de investigación, midiendo árboles, inventariando especies y entrenando estudiantes, Edwin quiso ir un paso más allá.

¿Qué hacían los científicos con todos esos datos que él ayudaba a recopilar?

Ahora estudia una maestría en ciencias biológicas en la Universidad de Panamá, gracias a una beca de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), y está terminando su tesis desde el encierro. Con su investigación busca entender cuáles son las mejores condiciones para el crecimiento de tres especies nativas, tanto por su valor maderable como por su importancia para la reforestación y restauración. ¿Crecen mejor en plantaciones mixtas o en monocultivos? Y si crecen mejor en plantaciones mixtas, ¿cuáles son las mejores combinaciones?

“Las estimaciones precisas de la biomasa o el carbono que hay en las plantaciones son fundamentales para comprender el equilibrio global del carbono y promover iniciativas para mitigar las emisiones de dióxido de carbono a través de la gestión forestal”, explica Katherine Sinacore, becaria postdoctoral de STRI y mentora de Edwin. “Un desafío para lograrlo es que las ecuaciones utilizadas para estimar la biomasa a menudo no se han desarrollado para plantaciones de especies mixtas. La mayoría son para monocultivos”.

Para calcular esto, le ha tocado cortar algunos árboles de las distintas parcelas experimentales y pesar cada una de sus partes: hojas, ramas (chicas, medianas, grandes) y fuste. El peso total de los árboles. Parte de ello es lo que estuvo haciendo en los últimos días en el laboratorio, antes de que se implementara la cuarentena total en el país. Gracias al encierro, se ha podido enfocar y espera culminar su tesis antes de septiembre.

“Edwin es increíblemente trabajador, meticuloso y curioso. Cuando lo conocí, era pasante en Agua Salud”, dice Sinacore. “Aprendió muy rápido el aspecto técnico del trabajo de campo y, a lo largo de los años, ha sido divertido verlo crecer y diseñar este proyecto de biomasa para su tesis de maestría”.

Tras la pandemia, empezará a buscar oportunidades de doctorado en el extranjero. En STRI ha podido colaborar con científicos de otras partes del mundo y se siente cada día más cómodo manejando el inglés. Al final, espera verse trabajando en proyectos de restauración ecológica que combinen el ámbito socioeconómico con el ambiental.

“Me agrada mucho trabajar en este tipo de investigación, porque nos permite entender cómo utilizar los recursos naturales de manera sostenible para obtener tanto beneficios económicos como ambientales”, admite.

Y aunque sabe que no es fácil hacer ciencia en el país, porque muchas veces el apoyo económico es difícil de conseguir, también añade que con frecuencia hay oportunidades que se pierden por falta de divulgación. Por eso, siempre que entra en contacto con estudiantes más jóvenes, los aconseja sobre lo que ya él ha aprendido en el camino.

“Si estás en el momento adecuado, con las personas adecuadas, en el lugar adecuado y tomando las decisiones adecuadas, como me pasó a mí, podrías llegar a desarrollarte como científico”, concluye.

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