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De Piratas
a pelícanos

Un recorrido fotográfico a través de la flora y fauna de la vieja Ciudad de Panamá

Agosto 13, 2019

Texto y fotos por Steve Paton, STRI
Foto de portada por Jorge Alemán, STRI

Mientras la Ciudad de Panamá celebra su V centenario, el científico de STRI Steven Paton explora la biodiversidad de Panamá Viejo, un importante sitio histórico y arqueológico.

Hace quinientos años, el 15 de agosto de 1519, los conquistadores españoles fundaron la primera ciudad europea en la costa del Pacífico americano. El asentamiento prosperaba a medida que los galeones descargaban oro y plata saqueada de Sudamérica, que enviaban a través del estrecho istmo panameño hasta el Caribe para luego zarpar hacia España. Sin embargo, en 1671 ocurrió una tragedia: el pirata británico Henry Morgan saqueó e incendió la ciudad, que posteriormente se tuvo que reubicar.

Cuando arranquen las celebraciones por los 500 años de la Ciudad de Panamá, miles visitarán las ruinas dispersas de la vieja ciudad, recorriendo las antiguas casas de los nobles, la casa real de tesorería, la catedral, un convento y varias iglesias.

Y aunque las civilizaciones humanas surgen y caen, la naturaleza continúa. Por ello, en coordinación con el Patronato de Panamá Viejo, el director del Programa de Monitoreo Físico de STRI, Steven Paton, comenzó un proyecto para fotografiar la mayor cantidad de diversidad biológica del sitio como fuera posible.

A primera vista, uno podría suponer que no hay mucho que ver. Las 29.5 hectáreas de Panamá Viejo limitan con la Ciudad de Panamá en tres lados y con el océano en el cuarto. Además, el área parece ser demasiado pequeña y estar demasiado desarrollada como para albergar una rica flora y fauna. A partir de noviembre de 2018 y visitando el sitio de 2 a 3 veces por mes, Steven documentó todo, desde los árboles más grandes hasta los insectos más pequeños, descubriendo no solo que Panamá Viejo alberga una increíble cantidad de organismos, sino que sus habitantes cambian a medida que cambian las estaciones.

Panamá Viejo es un paraíso para los observadores de aves. Aparte de las aves que residen allí durante todo el año, miles de aves migratorias visitan Panamá Viejo durante sus travesías anuales a lo largo de las Américas. Enormes bandadas de gaviotas, golondrinas de mar y zarapitos llegan para alimentarse de la abundante vida marina que habita la Bahía de Panamá. En tierra, Steven capturó fotos de halcones, pinzones, buitres, colibríes y más.

Panamá Viejo también alberga docenas de especies arbóreas. Muchas de estas fueron elegidas por sus hermosas flores. Algunos árboles florecen casi todo el año, mientras que la mayoría florece solo durante un mes o menos. Los suertudos podrán ser testigos de la espectacular floración amarilla de los guayacanes, que puede ocurrir durante apenas una o dos semanas de la estación seca.

Las plantas con flores abundan en todas partes, incluyendo varias especies de orquídeas que adornan las ramas de los árboles. En el suelo, muchas flores diminutas, especialmente cuando se ven a través del lente macro de una cámara, son tan hermosas como las flores grandes y vistosas que se hallan en mayores alturas.

Las plantas le brindan hogar y alimento a los animales e insectos, desde ardillas y lagartijas hasta abundantes mariposas. En el trópico, literalmente millones de criaturas pueden habitar un sitio de este tamaño. Cada una con su propia belleza particular y un papel único que desempeñar en los ecosistemas que conforman Panamá Viejo, un importante oasis de biodiversidad dentro de la Ciudad de Panamá.

Esperamos que las fotos de Steven ayuden a más personas a reconocer, celebrar y ayudar a preservar este lugar tan especial para las futuras generaciones.

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