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Bosque
de gigantes

¿Qué sabemos de los
bosques de Darién?

Abril 15, 2020

Darién
Texto por: Catherine Potvin

Una misión científica en la selva panameña encontró algunos de los árboles más grandes del país 

El año 2019 fue el inicio de una colaboración muy especial entre el SENAFRONT, el Congreso General Emberá de Tierras Colectivas, las comunidades emberá del río Balsa y un equipo internacional de científicos que busca establecer un Observatorio de Bosques Antiguos en Darién.

La idea de establecer este observatorio surgió después de 2014, cuando el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) trajo a Panamá una avioneta equipada con una tecnología de punta conocida como LiDAR, que permite tomar fotografías aéreas de los bosques en tres dimensiones, para medir sus tamaños y estimar el carbono que almacenan.

El mapa resultante identificó los bosques de Darién como los más desarrollados del país, superando las 130 toneladas de carbono por hectárea. Desde entonces, los científicos empezaron a buscar bosques que nunca hubiesen sido cortados o impactados por los humanos, para estimar cuánto carbono pueden almacenar los bosques intactos y documentar su rica biodiversidad. Desde el inicio, el proyecto fue facilitado por las autoridades tradicionales del Congreso General Emberá de Tierras Colectivas, en particular por el cacique Elibardo Membache.

Unidades del SENAFRONT brindándole apoyo a los técnicos de la misión de enero de 2019. Foto tomada por Matthias Kunz.

En este contexto, la primera misión conjunta con el SENAFRONT se conformó en enero de 2019, bajo la supervisión del subteniente Carlos Gallardo y con la participación de unidades de la Fricon 1era, técnicos emberá y un equipo científico internacional encabezado por una bióloga canadiense con un largo recorrido de trabajo en Panamá, la doctora Catherine Potvin.

Se sumaron al equipo el doctor Héctor Barrios, un especialista en insectos, profesor de la Universidad de Panamá y miembro distinguido del Sistema Nacional de Investigadores de Panamá, así como docentes de los Estados Unidos, Canadá y Alemania. Durante tres semanas de trabajo arduo, la misión conjunta estableció 20 parcelas de monitoreo en el bosque, empezando cerca de la comunidad de Manene y subiendo a lo largo del río por 25 km, hasta llegar a unos 6 km de la frontera con Colombia.

Los técnicos y científicos de la misión de enero de 2019 sobre el bongo gigante. Foto tomada por el paramédico Elwin Flaco.

Resultados preliminares excepcionales

Tomará uno año más terminar el análisis de todos los resultados, pero ya los científicos pueden confirmar cuan magníficos son los bosques de Darién. Lo más sorprendente fue el estimado de carbono almacenado por los árboles.

Se midieron algunas parcelas de 900 m2, cuyas concentraciones de carbono fueron sorprendentes, superando las 2,500 toneladas por hectárea, una cifra muchísimo más alta que las 130 toneladas reportadas anteriormente. Y esto no es un error, ni un sueño de los científicos. Es que la misión encontró árboles gigantescos.

En particular, los científicos tuvieron la oportunidad única de medir un árbol de estos: un bongo de 71 metros de alto con un diámetro de 2.37 metros cerca de la base, que acababa de caer encima del río. Para los científicos, este árbol era un héroe, ya que en Panamá se considera que el bosque no crece más de 50-55 metros de alto.

Una pregunta clave que se hicieron los científicos entonces fue: “¿Cuántos años tenía exactamente el bongo grande al caerse?”. La segunda misión en el mes de agosto de 2019, bajo la supervisión del subteniente Wilber Diaz, permitió dar respuesta a esta pregunta, ya que el propósito principal fue ir a buscar una rebanada del bongo para calcular su edad. Existen técnicas que permiten estimar la edad de un árbol, tras examinar el crecimiento de la madera. Esta muestra del árbol se mandó a un laboratorio en Alemania para procesar. De este análisis sabemos que el bongo tenía al menos 300 años.

Dos técnicos con unidades del SENAFRONT, quienes les acompañaron al campo en la misión de diciembre de 2019, bajo la supervisión del subteniente Carlos Gallardo. Se encuentran al pie del árbol más grande de Panamá. Foto tomada por Catherine Potvin.

¿Conocieron a Pedro Arias Dávila?

El año 2019 culminó con una tercera misión conjunta, esta vez bajo la supervisión del teniente Kevin Villareal. El objetivo de los científicos en esta última misión era distinto. Después de haber encontrado el bongo gigante en enero, el doctor Matthias Kunz de Alemania trabajó con imágenes satelitales para ver si, desde el espacio, se veía la corona de los árboles grandes, para conocer su abundancia y distribución en el paisaje.

Tras pasar horas y horas examinando las fotos satelitales, el doctor Kunz preparó una lista de más de 200 puntos que parecían representar árboles gigantes. En el campo, los científicos, los técnicos emberá y las unidades del SENAFRONT los buscaron. Sus esfuerzos fueron recompensados, porque la misión encontró más de cincuenta árboles igual o aún más grandes que el bongo gigante.

El rey de la misión de diciembre de 2019 fue un almendro de montaña que mide 78 metros de alto, convirtiéndose en el árbol más alto del país. Utilizando tasas de crecimiento mediana de los árboles en la isla de Barro Colorado, se estima que la edad de estos árboles debe estar entre 250 y 600 años. Es decir que el bosque del río Balsa ya era un bosque grande cuando los hombres de Cristóbal Colón llegaron a Panamá.

El valor único de los bosques de Darién

Sin duda la colaboración entre el SENAFRONT, el Congreso General Emberá de Tierras Colectivas, las comunidades emberá del río Balsa y los científicos está fundamentalmente cambiando la comprensión del bosque de Darién

Después de la crisis de salud pública actual, y durante los próximos años, los científicos y las comunidades emberá del río Balsa seguirán trabajando con el Congreso General Emberá de Tierras Colectivas y el SENAFRONT, para establecer el Observatorio de Bosques Antiguos y seguir aprendiendo sobre la vida de estos árboles que han estado en el Darién probablemente desde antes que llegaran los españoles a la tierra que ahora es nuestro país.

Los bosques antiguos tienen un valor incomparable para la conservación de la biodiversidad. El doctor George Angehr, autor del libro “Las aves de Panamá”, quien se sumó a la misión de enero de 2019, lo ejemplifica así: “En toda mi vida, no había visto tal abundancia de guacamaya verde, una especie en extremo peligro de extinción. Esto se debe a la presencia de numerosos árboles de gran tamaño que las guacamayas usan para hacer sus nidos.”

En un momento en el que las autoridades del país discuten sobre la tala de los bosques de Darién, las comunidades emberá del río Balsa y los científicos están brindando información científica valiosa para apoyar la toma de decisiones y respaldar la necesidad de preservar estos bosques, dando visibilidad al papel fundamental de los emberá en la conservación de su territorio tradicional. Y esto con el apoyo indispensable de los líderes emberá y del SENAFRONT.

Asner, G.P., Mascaro, J., Anderson, C., Kennedy-Bowdoin, T., Knapp, D.E., Martin, R.E., van Breugel, M., Davies, S., Hall, J., Muller-Landau, H., Potvin, C., Sousa, W., Wright, J., and Bermingham, E., 2013. High-fidelity national carbon mapping for resource management and REDD+. Carbon Balance and Management 8(7): 1-14

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