Rastreando ballenas azules a través
de corredores oceánicos.
Invadiendo
el hemisferio
Estudio costero desde Panamá
hasta Alaska descubre que a
los invasores marinos les va mejor
Laboratorio Marino, Isla Naos, Ciudad de Panamá
Los resultados iniciales de un estudio masivo que comparó organismos marinos muestreados a lo largo de la costa del Pacífico desde Alaska hasta Panamá, con muestras del Atlántico demuestran que el éxito de los invasores es desequilibrado.
Los humanos mueven especies marinas por todo el mundo. La interrogante que se hace Mark Torchin es por qué grandes partes del mundo marino no son homogéneas... ¿qué impide que estos organismos se muevan y tengan éxito? ¿Es sólo cuestión de tiempo, o las diferencias naturales entre regiones evitarán que algunos invasores móviles globales se propaguen por todas partes?
"No solo es una pregunta interesante en términos de probar hipótesis ecológicas, algunas de estas especies introducidas son problemáticas", comentó Torchin. "Estamos tratando de entender qué limita la distribución y la abundancia, y por qué algunas especies introducidas se vuelven abundantes y causan problemas".
"Si entiendes eso, entonces puedes mitigar su impacto".
Un proyecto financiado por la Fundación Nacional de Ciencias permitió que Torchin, Greg Ruiz (en el Smithsonian Environmental Research Center) y la ex becaria del Smithsonian Amy Freestone (ahora en la Universidad de Temple) desplegar cientos de placas de asentamiento en Alaska, California, México y Panamá. Las placas recogen un surtido colorido de invertebrados marinos sésiles: pequeñas criaturas como esponjas que viven en superficies fijas, tanto nativas como introducidas.
Un objetivo del estudio es comparar los cambios en la biodiversidad desde las frías latitudes septentrionales hasta las cálidas regiones ecuatoriales. Como se sospecha, la biodiversidad aumenta, pero la investigación del equipo muestra que las interacciones entre las especies (como la depredación y la competencia) son más fuertes en los trópicos y esto parece ofrecer cierta resistencia contra las especies invasoras.
La investigación también ha demostrado una tendencia en Panamá: más especies del lado caribeño de Panamá han invadido el Pacífico que viceversa. Pero las especies invasoras parecen más desiguales en el Pacífico; en los estudios, el 50 por ciento se encuentran en un solo sitio, en comparación con el Caribe, donde la mayoría de las especies introducidas están presentes en el 90 por ciento de los sitios de estudio.
Luego, Torchin planea expandir la investigación a áreas de Panamá, lejos de las rutas de navegación y áreas protegidas como el Parque Nacional Coiba, donde la depredación puede ser mayor que la de algunas partes sobreexplotadas del Pacífico.
"Los seres humanos influyen en todos los aspectos de la biodiversidad...", comentó Torchin. "...tanto las especies nativas en un área particular como las especies introducidas nos estamos moviendo activamente. Entonces, los humanos pueden tener un impacto directo en la biodiversidad nativa, lo que puede determinar cómo responde una comunidad marina a nuevas invasiones. Esencialmente, sin darse cuenta estamos jugando con ambos extremos de la ecuación".