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Una vida
arqueológica

La huella regional del Dr. Richard Cooke es reconocida en revista costarricense de antropología

Junio 7, 2019

La trayectoria del renombrado arqueólogo del Instituto Smithsonian en Panamá abarca medio siglo y ha tenido un impacto importante en el campo de la arqueología centroamericana y en las carreras de decenas de investigadores. Una revista de la Universidad de Costa Rica le hace honor.

En días pasados, la revista Cuadernos de Antropología de la Universidad de Costa Rica, publicó un volumen en honor al renombrado arqueólogo del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), el Dr. Richard Cooke. El número se basó en las ponencias presentadas durante el XI Congreso de la Red Centroamericana de Antropología en Costa Rica en 2017: “Tras una herencia cultural milenaria: contribuciones de Richard Cooke a la arqueología del Área Istmo Colombiana”.

Dedicar un congreso – ahora convertido en revista– a resaltar los aportes del investigador a lo largo de medio siglo de carrera, es un reflejo del impacto que han tenido sus contribuciones en el campo de la arqueología centroamericana, para entender las poblaciones precolombinas de la región, así como de la diversidad de facetas que ha abarcado su trabajo.

“Richard ha tenido una trayectoria profesional tan destacable que es imposible referirse a la arqueología panameña e inclusive del Área Istmo Colombiana sin nombrarlo”, destaca un texto introductorio a la más reciente edición de esta revista.

Los nueve artículos, por ponentes de Panamá, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos y Canadá, rescatan varias cualidades sobre el arqueólogo inglés radicado en Panamá, que el año pasado recibió la Excelentísima Orden del Imperio Británico. Entre ellas, que se trata de un científico con infinitas ganas de aprender y una aguda sensibilidad social, muy comprometido con el pueblo panameño.

Varios textos resaltan cómo Richard Cooke se ha esforzado por llevar los resultados de sus investigaciones a los profesionales en formación y al público en general, o las profundas influencias que sus metodologías, su enfoque interdisciplinario, sus descubrimientos y teorías han tenido sobre las carreras de sus pupilos.

Finalmente, se evidencia la generosidad del veterano investigador. Por ejemplo, al abrir sus colecciones al mundo, como en el caso del proyecto La Mula-Sarigua, una de las primeras y más grandes aldeas en el Pacífico Central panameño, y cuyos recursos líticos y cerámicas ahora alimentan un archivo digital público para el uso de futuros investigadores.

Algunas ponencias del simposio, que no llegaron a formar parte de esta edición de los Cuadernos de Antropología, sustentan otros legados de Richard Cooke que marcarán a las nuevas generaciones de arqueólogos. Esto comprende su colección de referencia de la fauna de la América Tropical, una de las mejores en el mundo, o los restos humanos extraídos por él hace décadas de Cerro Juan Díaz, que hoy revelan datos innovadores sobre la demografía, dieta, salud y prácticas culturales de aquellos pobladores.

“En Octubre cumpliré los cincuenta años de haber llegado a Panamá a iniciar mi carrera en arqueología. Le agradezco a todos su edición esmerada y los simpáticos artículos encomiásticos que a veces me ruborizan y a veces sueltan carcajadas”, expresó un Cooke sonriente, en un video de agradecimiento por la iniciativa en conmemoración suya.

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