Redescubriendo lo Descubierto: Revitalizando la colección de cerámica Arqueológica de Cerro Juan Diaz
Un punto
brillante
Tristeza con una pizca de esperanza: fósiles revelan un arrecife solitario en un estado similar a los arrecifes de coral antes del impacto humano
Bocas del Toro
Los corales fósiles muestran cómo eran los arrecifes antes del impacto humano y revelan un arrecife moderno de "punto brillante" con aparente resistencia a largo plazo al deterioro causado por los humanos.
Investigadores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) descubrieron un enorme arrecife de coral fosilizado de 7000 años cerca de su Estación de Investigación en Bocas del Toro, Panamá. Con una extensión de aproximadamente 50 hectáreas, este arrecife premia a los paleontólogos con una visión inusual de un arrecife "prístino" que se formó antes de que llegaran los humanos.
"Todos los arrecifes modernos en el Caribe han sido afectados de alguna manera por los humanos", comentó el científico de STRI Aaron O’Dea. "Queríamos cuantificar ese impacto comparando los arrecifes que se formaron antes y después del asentamiento humano".
Usando una excavadora, el equipo cavó trincheras de 4 metros de profundidad en el arrecife fósil y recolectaron muestras de escombros. Calcularon la edad del arrecife con datación radiométrica de alta resolución. "Los fósiles están exquisitamente conservados", comentó O’Dea. “Encontramos corales ramificados en posición de vida con preservación fósil químicamente prístina. Ahora estamos clasificando todo, desde caracoles y almejas hasta erizos de mar, espículas de esponja y dentículos dérmicos de tiburón”.
La evidencia arqueológica de Bocas del Toro indica que los colonos no hicieron un uso extensivo de los recursos marinos hasta hace unos 2,000 años. Entonces, el arrecife fosilizado es anterior al impacto humano por unos pocos miles de años. Después de comparar los corales fosilizados con los corales de los arrecifes cercanos, el equipo se sorprendió al encontrar un arrecife moderno que se parecía mucho al arrecife anterior al asentamiento. Llamaron a este un "punto brillante" y se preguntaron por qué este arrecife es más similar al arrecife prehistórico que los otros.
Visualizaciónes de un arrecife antes del impacto humano (arriba) hace siete mil años, basado en la abundancia de fósiles. Y de un típico arrecife degradado (abajo) que se encuentra hoy en la Bahía de Almirante en Bocas del Toro, Panamá. Ilustraciones por Kristin Bell, STRI.
El paleontólogo del Smithsonian Aaron O’Dea junto a la excavadora que reveló el arrecife fosilizado. Photo por Félix Rodríguez.
"La mayoría de los arrecifes en el Bocas del Toro de hoy no se parecen en nada a hace 7,000 años", comentó Andrew Altieri, ex científico de STRI y ahora profesor asistente en la Universidad de Florida en Gainesville. “Eso confirmó nuestras expectativas dado lo que sabemos sobre el deterioro reciente causado por los humanos. Así que nos sorprendimos mucho cuando descubrimos un arrecife moderno que no se distingue en su composición comunitaria para los arrecifes antiguos”.
Cuando el equipo descubrió este arrecife de "punto brillante", descubrieron que había estado en este estado durante siglos. "Esto sugiere resistencia", comentó Mauro Lepore, ex becario postdoctoral de STRI. “Y ese tipo de información puede ser realmente poderosa para la conservación”.
"Este hallazgo plantea la pregunta de qué tiene de especial este arrecife", comentó O’Dea. El equipo evaluó los factores ambientales actuales como la calidad del agua, la hipoxia, la temperatura, el aspecto y la forma, pero ninguno de ellos explicó por qué este arrecife se parece más al arrecife de impacto pre-humano. Las únicas pistas eran que estaba más alejado de la actividad humana y que el coral cuerno de ciervo, que domina el arrecife, había demostrado anteriormente que consistía en clones resistentes a la enfermedad de la banda blanca.
Se necesita más trabajo para comprender por qué este punto brillante persiste ante los impactos humanos. Sin embargo, el equipo propone que este tipo de registros fósiles pueden ayudar en la conservación al establecer qué ecosistemas han sido irrevocablemente alterados y cuáles preservan elementos de lo que era natural. Una vez identificados, estos "puntos brillantes" podrían actuar como una guía para conservar otros ecosistemas.