Smithsonian Tropical Research Institute

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Un galante
narrador

Anthony G. Coates,
científico sénior emérito (1936-2022)

Diciembre 15, 2022

Texto por: Beth King
Traducción: Sonia Tejada

El geólogo Tony Coates cambió la forma en que pensamos acerca del suelo bajo nuestros pies. Confirmó la unión de América del Norte y América del Sur hace unos 3 millones de años. Recordamos a Tony no solo como un hábil geólogo de campo, sino también como una persona amable y narradora de historias que capturó la imaginación de científicos y no científicos por igual con su habilidad para contarlas.

Igual de cómodo charlando con niños descalzos en una playa en un pueblo alejada del Caribe, o bebiendo algo en el yate de un donante, Tony Coates era más feliz con un fósil en la mano, transportando a otro momento a quien quisiera escucharlo.

Tony venía de Inglaterra, que se convirtió en una isla hace unos 14,000 años cuando la última gran glaciación derritió los glaciares y el nivel del mar aumentó. Después de graduarse con honores en geología del King's College de la Universidad de Londres, viajó a Francia y escribió su tesis doctoral como estudiante tanto en la Universidad de Londres como en la Universidad de Caen en Normandía, ya intrigado por las fuerzas geológicas que dan forma a los bordes de los continentes.

Tony jugando al cricket en Londres en 1957. Para su deleite, obtuvo un lugar en el equipo de cricket All-Star de Jamaica. Crédito: Cortesía de Tony Coates.

Tony se unió al Servicio Geológico de Jamaica en 1962. Jamaica está construida sobre un arco de islas sobre una zona de subducción. Crédito: Modificado de Google Maps.

Inició su carrera como geólogo en el Caribe, viajó para unirse al Servicio Geológico de Jamaica en 1962 y permaneció como profesor asistente en la Universidad de las Indias Occidentales. Jamaica forma parte de un arco insular y Tony estaba especialmente interesado en las acumulaciones de almejas rudistas extintas que una vez crecieron en las aguas poco profundas alrededor de la isla cuando los dinosaurios aún caminaban sobre la Tierra, las cuales le sirvieron como biomarcadores que indican cambios pasados en el nivel del mar, la actividad volcánica y la formación de plataformas de arco.

Los primeros años de Tony

De Jamaica, Tony se mudó a Washington D.C. en 1966 para enseñar geología en la Universidad George Washington, donde creó un programa de posgrado en geobiología aprovechando los recursos del Smithsonian y otras agencias federales. En 1986, pasó de la enseñanza a la administración de tiempo completo como vicepresidente de investigación y estudios de posgrado. Hizo la vida de todos más fácil al mejorar las becas de investigación y docencia para estudiantes de posgrado, con la digitalización de todas las funciones de registro, negoció la devolución de una parte de los gastos generales de las subvenciones a los científicos y desarrolló subvenciones de investigación competitivas para los docentes: en cada caso, poniendo a las personas primero y creando sistemas que trabajaran para ellos.

Jeremy Jackson, biólogo marino, ahora científico senior emérito de STRI, le pidió a Tony que viniera a Panamá en 1988 para estudiar el origen del puente terrestre entre América del Norte y América del Sur. Ellos cofundaron el Proyecto de Paleontología de Panamá (PPP), que convocó 40 científicos trabajando en 8 países para comprender los cambios globales significativos causados por el Istmo de Panamá, como las migraciones sin precedentes de animales entre continentes.

Como cofundador del Proyecto de Paleontología de Panamá junto a Jeremy Jackson, Tony reveló la historia geológica de la provincia de Bocas del Toro en Panamá y coordinó la compra de terrenos para una nueva estación de investigación. Crédito: Marcos Guerra, STRI.

“Mapa del sur de Centroamérica (sombreado oscuro) y la microplaca de Panamá (sombreado pálido). Las líneas discontinuas con dientes marcan zonas de convergencia; línea con cremallera es sutura Panamá-Colombia. La línea discontinua muy gruesa marca la ubicación del arco volcánico del Neógeno. Las flechas finas son fallas paleógenas; las flechas gruesas son fallas del Neógeno tardío. Principales cuencas sedimentarias del Neógeno ubicadas por óvalos rayados. El patrón manchado define la Placa de Cocos. Las flechas en el recuadro indican las direcciones de los movimientos relativos de las placas”. Figura 1 de Geología del archipiélago de Bocas del Toro. Revista Caribeña de Ciencias, vol. 41 (3)

Científico Emérito, Jeremy Jackson. Crédito: Marcos Guerra.

Al separar el Atlántico del Pacífico, el puente terrestre redirigió las corrientes oceánicas: el evento de cambio climático global más significativo en nuestro hemisferio desde la extinción de los dinosaurios hace sesenta millones de años. Los miembros del PPP publicaron casi 200 artículos científicos en revistas científicas y obtuvieron importantes subvenciones de la Fundación Nacional de Ciencias, la Sociedad Geográfica Nacional, la Fundación Nacional de Ciencias de Suiza y la Institución Smithsonian.

Tony en el campo

La contribución científica más significativa de Coates durante este período fue describir la historia geológica de la provincia de Bocas del Toro en Panamá.

“Tony convirtió lo que era básicamente un mapa en blanco del archipiélago de Bocas del Toro, en un mapa lleno de colores que representaba todas las formaciones geológicas del área”, comentó Aaron O'Dea, quien trabajó en el proyecto como becario de postdoctorado y ahora es científico de STRI. “Y conocía a todo el mundo. Estábamos caminando por la playa o saliendo a cenar en el pueblo de Bocas y alguien en la calle gritaba 'Hola Tony, Mon'".

Geología de la región de Bocas. Tony sentó las bases litológicas para que los paleontólogos pudieran usar el registro fósil para documentar las consecuencias ecológicas y evolutivas de la formación del Istmo. Este es un ejemplo de cómo actualizó la geología de la región. Crédito: Cortesía de Aaron O'Dea.

Arriba: Las formaciones rocosas en Bocas del Toro revelan la historia de 20 millones de años del Istmo de Panamá al experimentado geólogo de campo, Tony Coates. Abajo: Tony explora un afloramiento costero. Crédito: Aaron O'Dea.

Una de sus personas favoritas en Bocas era el lanchero Sebastián Castillo, quien, junto a Doroteo Machado, asistente de mantenimiento; Gilberto Murray, mecánico; Eric Brown, operador del bote, transportó a Tony y al equipo de PPP a afloramientos costeros remotos y los esperó pacientemente mientras recolectaban muestras bajo el sol durante horas.

Tony era un verdadero geólogo de campo y ya no veo esto con frecuencia”, comentó el paleobiólogo de STRI, Carlos Jaramillo, “Solo un geólogo de campo puede entender de qué se trata realmente la geología. Pero no solo fue un gran científico, también fue un caballero. Y tampoco lo veo muy a menudo: un conocedor de la historia del vino, de la comida y la geografía con un gran sentido del humor. Siempre fue un verdadero placer conversar con él.”

Siempre alegre: Tony mirando hacia arriba a través de un bote con fondo de cristal. Gracias a los esfuerzos de Tony, los generosos donantes se involucraron profundamente en la expansión de la Estación de Investigación Bocas y financiaron la Cátedra de Paleontología, a cargo de Carlos Jaramillo. Crédito: Archivos de STRI.

Tony como subdirector y administrador científico

Habiendo demostrado claramente su destreza como organizador de proyectos, Tony aceptó el puesto de subdirector de STRI en 1991.

“Recuerdo cuando le ofrecí por primera vez el trabajo de subdirector aquí en STRI”. Comentó el ex director de STRI, Ira Rubinoff. “No en vano, cuando les comentó a sus colegas que lo iba a aceptar, pensaron que, en la expresión por la que Tony era famoso, que era un “tonto”. Pero Tony sabía lo que quería hacer. Iba a poder hacer investigación además de ayudar a administrar STRI, e hizo un excelente trabajo en ambos aspectos”.

Tomando todo con calma: Ira Rubinoff, ex director de STRI, y Tony Coates, exsubdirector, probablemente regresando a la oficina después de fumar cigarros en el patio del Centro Tupper. Crédito: Jorge Alemán, STRI.

Tony vio el potencial para la investigación en otras disciplinas en Bocas del Toro y en 1998 participó directamente en la negociación de la compra de un terreno para una nueva estación de investigación que abriría sus puertas en el 2001. En el 2000 fue invitado de regreso a Washington como director de Programas de Investigación Científica del Instituto Smithsonian.  y durante los siguientes tres años, fue responsable de reorganizar el financiamiento, la administración y el personal de todos los departamentos y programas científicos en SI.

Mientras tanto, Tony y otros miembros de STRI participaron en un combate interno sobre el momento que el puente terrestre entre continentes, extremadamente importante no solo para nuestra comprensión de la historia natural, sino porque un gran grupo de personas que estudian la evolución necesitan esta fecha para calcular la tasa de cambio genético en poblaciones de organismos que fueron unidos o separadas por el Istmo. Los colegas de STRI escribieron varios artículos que sostienen que la conexión tuvo lugar mucho antes de hace 3 millones de años. Debatieron esta discrepancia desde los pasillos del Centro de Paleobiología y Arqueología de STRI en Panamá hasta reuniones internacionales de la Sociedad Geológica de América y en las páginas de revistas científicas.

Ira Rubinoff y Tony Coates en la fiesta de jubilación de Ira. Crédito: Archivos de STRI.

Retrato de Anthony C. Coates. Credit: Gian Montufar.

A medida que avanzaba el debate, Tony se aferró a la fecha original, convencido por la falta de evidencia del intercambio de animales entre continentes antes de los 3 millones de años y la mezcla continua de genes entre animales marinos en el Pacífico y el Caribe, lo que sugiere que todavía había una forma de que se movieran entre los océanos. Además, la evidencia de organismos marinos de aguas profundas del Pacífico en formaciones de 5 millones de años en el lado caribeño de Panamá confirmó la idea de que todavía existía una vía marítima mucho después de la fecha más antigua sugerida por la oposición. El tono afable del debate mantuvo a todos alerta y condujo a nuevas preguntas de investigación.

Tony como profesor

Se necesita una imaginación asombrosa para imaginar el mundo hace millones de años con base en evidencia científica que consiste en rocas rotas y diminutas criaturas marinas fosilizadas; y Tony tenía un don especial para transmitir a los estudiantes imágenes de un mundo anterior. El trabajo de Tony inspiró un libro para niños: A Story in Stone: The Formation of a Tropical Land Bridge, por Tom Gidwitz, publicado en el 2000. Para Tony, los momentos de aprendizaje estaban en todas partes y aprovechaba la oportunidad para explicar la historia del Istmo a un taxista, estudiantes visitantes de Princeton o personalidades importantes.

Tony explicando la geología de Panamá a los aprendices de investigación y educación integral de posgrado en Isla Barro Colorado. Crédito: Jorge Alemán, STRI.

En su casa en Gamboa, a orillas del Canal de Panamá, sitio de uno de los laboratorios de STRI, a Tony le encantaba entablar conversaciones con estudiantes y científicos visitantes. Por un tiempo se ofreció a conducir un minibús entre Gamboa y la sede de STRI en la ciudad de Panamá, transportando a los estudiantes de un lado a otro y averiguando cómo iba su investigación. A veces, cuando un estudiante le confiaba que se iría porque su beca había terminado, pero todavía estaba a la mitad de descubrir algo interesante, Tony encontraba la manera de apoyar a esa persona por unas semanas más, incluso si eso significaba sacar de su propio bolsillo.

Al enterarse de esto, Joyce y Michael Bytnar, donantes encantados por la dedicación de Tony a los estudiantes de STRI, le dieron un fondo discrecional de $10,000 al año, destinado a ese propósito.

Tony Coates, consumado biólogo de campo. Crédito: Courtesy of Aaron O’Dea.

Tony como embajador científico

Tony era muy querido en Panamá, un panameño honorario. Encontró maneras de involucrarse con la comunidad científica local: dando charlas y participando en seminarios y conferencias. Editó el libro Central America, A Natural and Cultural History, una maravillosa introducción a esta parte del mundo, que luego se tradujo al español bajo el nombre Paseo Pantera.

Se desempeñó como portavoz de STRI ante la prensa en muchas ocasiones, una de las más memorables fue su entrevista con Alan Alda para Scientific American Frontiers en PBS (Public Broadcasting Service).

Gloria Jovane, ex directora de relaciones institucionales de STRI comentó: “Leí en uno de los muchos artículos que escribió Tony que Darwin no podría haber diseñado un mejor experimento evolutivo que el surgimiento y cierre del Istmo. Gracias a sus contribuciones científicas para desenterrar la fascinante geología de esta zona, podemos decir que el mundo nos conoce no solo por el Canal y los Panama Papers”.

En el 2008, Tony asumió la tarea de director ejecutivo senior en el BioMuseo diseñado por Frank Gehry en Panamá. No solo se convirtió en un importante recaudador de fondos y solucionador de problemas, sino que también trabajó con Bruce Mau y su equipo para diseñar las exhibiciones en lo que ahora es un monumento icónico a la biodiversidad de Panamá en la entrada del Pacífico del Canal de Panamá.

Arriba: Tony recibiendo a la Organización de Jóvenes Presidentes en el BioMuseo de Panamá. Abajo: Consultor Científico Jefe y Director Senior del BioMuseo de Panamá, Tony Coates, con el arquitecto ejecutivo, Patrick Dillon. Crédito: Sean Mattson.

Nunca diciendo una palabra desagradable sobre nadie, Tony se tomó muy en serio su papel como embajador de la ciencia. Su día en el sol llegó cuando recibió a la junta directiva de la Universidad de Sharjah y a Su Alteza el Jeque Dr. Sultan bin Muhammad Al Qasimi, Miembro del Consejo Supremo y Gobernante de Sharjah, cuando visitaron Panamá en el 2015. Tony fue el anfitrión de la mayoría de los eventos de STRI y de los visitantes VIP durante este período e inspiró a los donantes a dar generosamente para la investigación aquí en Panamá.

“Tony tenía relaciones cálidas con todos los principales donantes de STRI, desde las familias Tuppers, Hochs, Cofrins, Levinsons, Daniels, Johnsons y muchos otros”, comentó Lisa Barnett, directora del departamento de desarrollo. “Su entusiasmo y talento para explicar la ciencia y la importancia del trabajo de STRI fueron notables, y realmente quería tanto a todos que las amistades se formaban de forma natural”.

Lisa Barnett, Lisina Hoch, Tony Coates, Jane Hoch y Steven Hoch / Con Joan Siedenburg en el barco a la Estación de Investigación de la Isla Barro Colorado / Mary Ann Cofrin, Edith Cofrin, Tony Coates, Mary Ann Cofrin, David A. Cofrin, Stanley Heckadon, Ira Rubinoff / Como narrador nato, Tony solía ser el alma de la fiesta, entreteniendo a académicos y amigos por igual. Mostrado aquí con Bill Wcislo de STRI. Crédito: Archivos STRO. Foto B&N y Thomas Tupper.

Tony como amigo

Tony siempre será recordado con cariño como un amigo y un buen oyente. Le encantaba fumar un cigarro en el corredor entre los edificios Tupper y Tivoli en la sede administrativa de STRI en la ciudad de Panamá junto al exdirector de STRI, Ira Rubinoff. Y le encantaba contar la historia de cómo trabajó con sus amigos Bibi y Lulu en Bocas del Toro construyendo un velero, y cómo sobrevivieron al naufragio cuando intentaron navegarlo a través de mares tormentosos.

Tony con Félix Rodríguez y el conductor del bote Sebastián Castillo. Crédito: Cortesía de Aaron O'Dea.

Científico de planta Harilaos Lessios, Tony Coates y científico emérito John Christy / Tony Coates y científica de planta Annette Aiello / En la Jacana: científico de planta Owen McMillan y Tony / Especialista en diseño gráfico Jorge Alemán con Tony / Gerente de investigación, Milton García con Tony / Científico de planta, Klaus Winter con Tony. Crédito: Jorge Alemán.

Homenaje a Tony

Después de jubilarse a su hogar en West Virginia con Laure y los perros, Tony continuó regresando a Panamá de vez en cuando para acompañar grupos de donantes.

La última vez que Tony vino a Panamá fue en enero de 2020, cuando el nuevo comedor de la Estación Científica de Bocas recibió su nombre y los miembros del Consejo Asesor de STRI lo sorprendieron con el anuncio de una beca postdoctoral de tres años recién otorgada. se crearía en STRI en su honor.

Invaluable apoyo científico: Plinio Gondola, coordinador científico de la Estación de Investigación de Bocas del Toro; Sebastián Castillo, conductor de lanchas; Tony Coates; Doroteo Machado, asistente de mantenimiento; Gilberto Murray, mecánico; Eric Brown, conductor de bote. Crédito: Jorge Alemán, STRI.

En un breve video creado para el evento, Aaron O'Dea comentó: "Qué gran narrador eres, Tony. Y sabes, creo que es realmente fantástico y apropiado que un edificio diseñado para fomentar ese tipo de interacciones sociales y colaboraciones para la próxima generación lleve tu nombre”.

En el 2020, los amigos de STRI también se unieron para crear un fondo para una beca en honor a Tony.

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