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Jardines
marinos
Nuevo mapa interactivo de prácticas pesqueras indígenas en las costas del Pacífico
Panamá
Dedicado a “los antepasados que custodiaban el océano”, un mapa de historia interactivo creado por Pacific Sea Garden Collective vuelve a despertar las formas tradicionales de recolectar alimentos del mar desde Panamá hasta Australia y el noroeste del Pacífico.
Durante miles de años, los pueblos indígenas han inventado formas ingeniosas, a menudo sorprendentemente hermosas, de aprovechar los recursos marinos que, en combinación con sus sistemas de creencias, han evitado la sobreexplotación. Pero hoy día, la pesca comercial y el aumento vertiginoso de las poblaciones humanas están llevando el futuro de los recursos del mar hacia un peligroso punto de inflexión. Inspirado por el biólogo marino, Daniel Pauly, un grupo de poseedores de conocimientos indígenas y miembros de la comunidad, científicos y artistas dirigidos por Anne Salomon, profesora de la Universidad Simon Fraser, formaron el Pacific Sea Garden Collective y crearon un mapa interactivo elegantemente simple para compartir las formas tradicionales en que las personas interactuaron con el mar, con la esperanza de inspirar un futuro más sostenible.
Cada uno de los 22 puntos en el mapa se abre a una historia y fotos de un lugar a lo largo de las costas del Pacífico y una innovación indígena específica. A veces, las técnicas transmitidas de generación en generación todavía se practican hoy. En otros casos, como las historias se pierden cuando mueren los ancianos, solo los restos arqueológicos insinúan prácticas pasadas.
Casas para pulpos en Canadá
30,000 miembros del grupo indígena Haida vivían en lo que ahora es la Columbia Británica, Canadá, antes de que los españoles colonizaran las Américas. Asolados por la viruela y otras enfermedades, su número se redujo a ~350 en 1900. Hoy en día, constituyen menos de la mitad de las 4,500 personas que viven en las islas Haida Gwaii.
Una casa para pulpos en forma de cúpula, llamada Naw náaGalang, construida por el pueblo indígena Haida para aumentar la población de pulpos cerca del pueblo de T'aanuu Llnagaay, Columbia Británica, Canadá. Crédito: Foto de R. Commisso. Cortesía de la Reserva del Parque Nacional Gwaii Haanas.
Los Haida no solo consumen el pulpo gigante del Pacífico, Enteroctopus dofleini, sino que también lo usan como carnada para pescar halibut. Para aumentar la disponibilidad de pulpos cerca de sus asentamientos, construyeron casas de piedra para pulpos que imitaban las propias madrigueras rocosas de los animales en aguas poco profundas a lo largo de la costa.
Tradicionalmente, solo se recolectaban pulpos de tamaño mediano, dejando que los pequeños crecieran y los más grandes se reprodujeran. En contraste, las pesquerías comerciales contemporáneas capturan todos los tamaños. La práctica de verter lejía en las guaridas de los pulpos para expulsar a los animales también es insostenible y viola las antiguas leyes tribales. Los Haida, en busca de un futuro más sostenible, quieren recuperar la tradición de construir casas para pulpos.
Jardines y estanques
Al crear un nuevo hábitat, modificar el hábitat existente o trasplantar especies a nuevas áreas, los pueblos indígenas aumentaron la disponibilidad tanto de plantas (cultivos de raíces y algas) como de animales.
Las Primeras Naciones a lo largo de la costa noroeste de las Américas crearon jardines de raíces de estuarios en terrazas donde cultivaron plantas como el Trifolium wormskioldii, la Argentina pacifica, la Fritillaria camschatcensis y Lupinus nootkatensis, además cazaron a los patos y gansos que se alimentaban de ellos. Labraron activamente el suelo y usaron palos de excavación para cosechar raíces y tubérculos.
Las trampas para peces de marea hechas de piedra, apuntan hacia el mar en las islas de Yap en los Estados Federados de Micronesia. Estas estructuras se encuentran bajo el agua durante la marea alta y capturan peces cuando las mareas retroceden. La gente de Yap dice que las primeras trampas, o Aech, como se las conoce localmente, fueron construidas por espíritus hace más de 1,000 años. Crédito: Foto de Bill Jeffery.
En el noroeste del Pacífico, la gente recolectaba huevos de arenque colocando hojas de algas marinas, ramas de abeto o esteras tejidas en el agua como sustratos cuando los arenques estaban desovando. Los huevos se preparaban en salmuera o se ahumaban para almacenarlos y luego comerlos, o se usaban más tarde como cebo para peces. Esta práctica mejoró las zonas de desove y alentó a los peces a regresar en los años siguientes, en contraste con las prácticas pesqueras modernas en las que se mata a las hembras y se extraen los sacos de huevos.
También en el noroeste del Pacífico, la práctica de construir jardines de almejas se remonta a miles de años. La gente construía paredes rocosas en la línea de marea baja o construían otras estructuras rocosas según la forma de la costa, que aumentan la cantidad de sedimentos en una playa y proporcionan más hábitat para las almejas. En el Pacífico Sur, los maoríes también cultivaron almejas, otros mariscos y algas tanto sembrando nuevas áreas con almejas o pedazos de algas como moviendo rocas para crear un mejor hábitat.
Twin Heart Weir, Shi Hu, en el archipiélago de Penghu, Taiwán. Crédito: Foto de Zeze0729 CC By-SA 3.0 a través de Wikimedia.
En Australia, los pueblos aborígenes Gunditjmara cultivaron las Anguilla australis en una serie de estanques y canales creados por los flujos de lava en el lago Condah y cubriendo un área de 10,000 hectáreas. En el pasado, el área se drenó parcialmente para aumentar los pastos para el ganado, pero ahora se está restaurando.
En Corea, durante cientos de años, las buceadoras llamadas Haenyeo han administrado colectivamente los fondos marinos de las aldeas para optimizar el uso de los recursos. Las buzos contienen la respiración y recolectan a mano animales individuales de acuerdo con un cronograma y reglas previamente acordados.
Trampas y diques para peces
Quince de los puntos del mapa detallan distintos tipos de trampas y diques. Vale la pena echar un vistazo a la web seagardens.net sólo para ver las fotografías de estas estructuras. Desde Yap en Micronesia hasta Shi Hu en Taiwán, Hawái, Filipinas, Chile, Panamá, Costa Rica y el noroeste del Pacífico, las trampas para peces y los diques hechos de piedra y/o madera son arte terrestre increíble, cada uno adaptado al sitio donde se encuentra construido y el tipo de peces u otras presas (delfines, tortugas) que la gente intentaba capturar.
Las playas del Pacífico tienden a ser largas y de pendiente muy suave. Por lo que es posible construir muros de piedra, corrales de madera o muros de piedra coronados por corrales de madera para atrapar peces cuando baja la marea. En Panamá, donde los corrales de piedra abandonados son comunes a lo largo de la costa del Pacífico, pero gran parte del conocimiento indígena sobre los recursos marinos se ha perdido, el arqueólogo Richard Cooke del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales se asoció con Francisco Herrera, del Centro de Estudios y Acción Social Panameño, y al geólogo independiente Stewart Redwood, para poner los corrales de piedra de Panamá en el mapa. Combinaron análisis de restos de peces en sitios arqueológicos (que muestran que el 70 por ciento de los peces que la gente consumía en algunos sitios del interior provenía del océano), con historias recopiladas de residentes costeros que recordaban cuando todavía se usaban corrales para pescar, con un estudio detallado de la captura en una trampa contemporánea para comprender cómo se podrían haber utilizado los corrales en el pasado. En Chile, donde la pesca comercial ha diezmado las poblaciones de peces, los habitantes de la costa utilizan corrales construidos en el pasado como lugares para cultivar algas o sembrar mariscos.
Los ríos y arroyos también canalizan los peces hacia trampas y presas. Se utilizaron trampas de piedra y cimientos de piedra que sostenían cercas de madera para la captura controlada de salmón y arenque del Pacífico. Las regulaciones tradicionales garantizaban que las cosechas fueran sostenibles al dejar las trampas abiertas durante ciertos períodos para mantener poblaciones saludables de peces.
Reactivando los sistemas alimentarios y los sistemas de gobernanza sostenibles y justos
Como concluye la historia sobre las casas de pulpo: "Estamos en la cúspide de un cambio histórico", y ¿qué mejor momento para mirar al pasado en busca de inspiración? En un comunicado de prensa sobre el mapa de la Universidad Simon Fraser, Kii'iljuus Barbara Wilson, una matriarca Haida y académica concluyó: "En esta época de cambio climático, es realmente importante reconocer la maricultura indígena como conservación y reconocer la gobernanza de las Primeras Naciones sobre nuestra tierra y recursos. Nos las arreglamos para vivir en este mundo durante miles de años sin la destrucción ecológica masiva que está ocurriendo ahora. Se trata en gran medida de no tomar más de lo que necesitas”.