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Los murciélagos silvestres
pueden recordar sonidos por años

Julio 11, 2022

Texto por Vanessa Crooks
Foto de portada por Andrew Quitmeyer

La investigadora May Dixon descubrió que los murciélagos que comen ranas reconocen tonos que les indican un premio en comida hasta cuatro años después.

Hay ciertas habilidades que, una vez adquiridas, pocas veces tenemos que aprenderlas nuevamente, como montar bicicleta o mirar a ambos lados antes de cruzar una calle. La mayoría de los estudios sobre aprendizaje y memoria a largo plazo en la naturaleza se enfocan en un puñado de especies de animales. Ahora, en una publicación en Current Biology, investigadores trabajando en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) comparten el primer reporte de memoria a largo plazo en murciélagos de labios con flecos (Trachops cirrhosus).

“Los murciélagos de labios con flecos son un excelente organismo modelo emergente para estudiar ecología cognitiva y sensorial,” explica la bióloga M. May Dixon, autora principal de la publicación, quien acaba de terminar su doctorado en la Universidad de Texas en Austin. “El aprendizaje es una gran parte de sus vidas.”

La autora principal May Dixon realizó este experimento para estudiar cómo la memoria a largo plazo juega un papel en las habilidades cognitivas y sensoriales de los murciélagos de labios con flecos. Crédito: Sean Mattson.

La habilidad de estos murciélagos para aprender y retener información significa que cuando cazan ranas, su principal presa, no tienen que reaprender continuamente cuáles llamados indican una rana comestible, venenosa o demasiado grande para transportar.

Dixon y colegas entrenaron a 49 murciélagos silvestres a reaccionar a tonos de llamada de teléfono celular reproducidos a través de bocinas. Los murciélagos que reaccionaron a dos de los tonos encontraron un premio de pescado sobre la bocina cada vez, pero cuando reaccionaron a otros tres tonos, nunca recibieron premio. Rápidamente aprendieron a volar a la bocina cuando los tonos indicaban comida, y a no responder a los otros tonos. Luego se les colocó microchips a los murciélagos y fueron liberados en el Parque Nacional Soberanía en Panamá. 

Los investigadores utilizaron una bocina para reproducir tonos de llamada a los murciélagos y colocaron pez carnada sobre la bocina. Cuando escucharon los tonos premiados con comida, los murciélagos entrenados consistentemente volaron a la bocina para recolectar el delicioso premio. Crédito: Andrew Quitmeyer.

Los investigadores recapturaron ocho de los murciélagos entrenados entre uno y cuatro años después, y al reproducir nuevamente los sonidos experimentales, los murciélagos reconocieron y reaccionaron a los dos tonos de llamadas premiados hasta cuatro años después. Para comparar, el experimento incluyó 17 murciélagos de labios con flecos no entrenados, los cuales usualmente movieron sus orejas atentamente, pero no volaron al oír los sonidos.

Cuando Dixon trabajó como pasante en STRI junto a la estudiante de doctorado y coautora Patricia Jones para averiguar si los murciélagos podían aprender cuáles sonidos indicaban un premio al observar las respuestas de otros murciélagos, se dio cuenta que podía averiguar si los murciélagos podían recordar estos tonos.

Los tonos de llamada que escogieron para los experimentos, una alerta de mensaje de texto entrante y el sonido de desbloqueo de alarma de un carro, debían ser obviamente generados por humanos, para que los murciélagos no los oyeran por casualidad en la naturaleza, pero suficientemente parecidos a un llamado de rana para que los murciélagos se interesaran.

En cuanto a los tonos descartados o los no premiados que los murciélagos aprendieron a ignorar, los investigadores reprodujeron uno de ellos a los murciélagos recapturados, y seis de los ocho murciélagos entrenados se acercaron al oírlo.

“Es posible que recordaran el sonido descartado, pero que haya pasado suficiente tiempo que pensaran en echar un vistazo una vez más,” dijo Dixon. “O es posible que no recordaran con exactitud la diferencia entre los tonos, y que el sonido descartado haya sido suficientemente parecido al tono premiado, que decidieron echar un vistazo también. Como una memoria generalizada.”

Para asegurarse que los murciélagos no respondieran a todos los sonidos que oyeran, se reprodujo también un tono puro, y la mayoría de los murciélagos no volaron al oírlo, solo movieron sus orejas.

Este experimento plantea más interrogantes en cuanto a cómo funciona la memoria en estos murciélagos y otros animales, incluyendo el costo metabólico de recordar.

El murciélago de labios con flecos utiliza el aprendizaje y la memoria a largo plazo para escuchar los llamados de ranas y diferenciar entre las que son venenosas y las que puede comer. Crédito: Marcos Guerra.

“Me interesa la capacidad de memoria en animales y qué causa la memoria a corto o a largo plazo, qué condiciones ecológicas determinan diferentes plazos de memoria, qué es lo que es importante recordar y olvidar,” explica. “Pero estudiar la memoria a largo plazo es difícil, porque por definición toma mucho tiempo. Y probar la memoria en animales cautivos, incluso cuando es más conveniente, no es necesariamente representativo de cómo recuerdan los animales en la naturaleza.” Ella quiere regresar al Laboratorio de Murciélagos, dirigido por la científica de STRI y coautora Rachel Page, para aprender más.

“STRI ha sido la base para muchísima investigación hecha con murciélagos. Han reunido una gran base de datos sobre los murciélagos de labios con flecos, sobre experimentos hechos con estos, qué estímulos han utilizado, así que si capturas un murciélago que ha sido capturado antes, ya tienes toda su historia. Hay pocos lugares en el mundo donde puedes tener esa cantidad de detalles,” dice Dixon. “Yo pasé de apreciar a los murciélagos sin pensar que eran particularmente interesantes, a darme cuenta de que son pequeñas criaturas muy complejas, con grandes personalidades y formas muy cautivadoras de interactuar con el mundo.”

Referencia: Dixon, M. May, Jones, Patricia L., Ryan, Michael J., Carter, Gerald G., Page, Rachel A. (2022) Long-term memory in frog-eating bats. Current Biology. DOI: 10.1016/j.cub.2022.05.031
 

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