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Colibrí bebé
Polluelos del Colibrí Nuquiblanco
podrían mimetizar orugas
descubiertos en Panamá
Por: Rosannette Quesada Hidalgo
Nace un polluelo de colibrí. Pero tiene unas plumas esponjosas en la espalda, y parece imitar una oruga peligrosa. ¿Podría ser esto algo inusual en los colibríes?
Algunos descubrimientos científicos toman años. Otros solo requieren una observación, y como dijo Jay Falk, becario postdoctoral de la Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU. (NSF, por sus siglas en inglés) que trabaja en la Universidad de Colorado - Boulder y en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) en Panamá, estar con las personas adecuadas en el lugar adecuado.
Colibrí Nuquiblanco
Crédito: Lukas Hummel
Jay ha estudiado a los Colibríes Nuquiblancos (Florisuga mellivora), una especie de colibrí neotropical, durante más de 10 años. Sin embargo, siempre se había enfocado en los adultos. Cuando Michael Castaño-Díaz y Sebastián Gallan Giraldo, un estudiante de doctorado y un asistente de investigación que también trabajan en STRI, vieron un nido de Colibrí Nuquiblanco con una hembra cuidando un huevo en Plantación, un sendero dentro del Parque Nacional Soberanía en Panamá, no dudaron en avisarle a Jay. Todos decidieron monitorear el nido realizando visitas regulares, ya que era el primer nido de esta especie que veían. Además, contaron con la ayuda del videógrafo Joe See para registrar los eventos. Curiosamente, Jay había descubierto previamente que aproximadamente el 20% de las hembras de esta especie se parecen a los machos, probablemente para aumentar su acceso a alimento, ¡y la madre de este polluelo era una de ellas!
Unos 18-20 días después, fueron a hacer su visita habitual al nido, pero esta vez los acompañó Scott Taylor, el asesor de Jay en la Universidad de Colorado. Finalmente, el huevo había eclosionado y un pequeño bebé colibrí había llegado a este mundo. Scott notó algo que nunca antes había visto en un polluelo de colibrí: tenía plumones largos y esponjosos en la espalda que lo hacían parecerse a una oruga peligrosa.
¡De inmediato se dieron cuenta de que esto podía ser un nuevo descubrimiento! Algunas orugas se cubren con pelos urticantes que pueden causar reacciones dolorosas en la piel, inflamación e incluso dolores de cabeza, náuseas y fiebre en los humanos.
Un ejemplo conocido de este tipo de mimetismo es el Cotinga ceniciento (Laniocera hypopyrra), un ave nativa de Sudamérica cuyos polluelos se asemejan a orugas. Con esto en mente, el quipo buscó en línea fotos de colibríes recién nacidos, de especies relacionadas e incluso de algunas especies no relacionadas con el Colibrí Nuquiblanco, para comprobar si la presencia de estos plumones especiales era inusual. La mayoría de las especies que encontraron carecían de estas plumas particulares, demostrando que lo que estaban observando era algo especial.
También notaron que el nido estaba cubierto con lo que parecían ser semillas del Árbol de Balsa (Ochroma pyramidale), que también tienen una apariencia esponjosa, lo que hacía que el polluelo estuviera camuflado con el nido. Por lo tanto, otra posibilidad es que el polluelo no esté imitando una oruga peligrosa, sino simplemente camuflándose. No obstante, el equipo tuvo la suerte de observar una avispa carnívora cerca del polluelo, mientras este agitaba la cabeza hacia arriba, imitando el movimiento que hacen algunas orugas en presencia de un posible depredador. Ellos explican que, debido a que las tasas de depredación en polluelos de colibrí son muy altas, y a que los Colibríes Nuquiblancos construyen nidos abiertos en ramas expuestas cerca del suelo, estrategias como el camuflaje o el mimetismo, o ambas, podrían haber evolucionado en esta especie. Sin embargo, se necesitan más observaciones a largo plazo y encontrar más individuos para corroborar estas hipótesis.
Los bosques tropicales están llenos de misterios y descubrimientos esperando a ser revelados. Este hallazgo demuestra que cada observación, especialmente en colaboración con otros curiosos observadores, puede revelar algo extraordinario.
Michael Castaño-Díaz (izquierda) and Sebastián Gallan Giraldo (derecha) revisando el nido del Colibrí Nuquiblanco en el sendero Plantación, Parque Nacional Soberanía, Panama.
Crédito: Michael Castaño-Díaz