Reseña de investigación

En un país de mercaderes, negocios y comercio, ¿cómo hacer que la ciencia sea importante?

Un desastre "natural" logra despertar más el interés de los tomadores de decisiones en la ciencia que cualquier cantidad de publicaciones. Después de inundaciones devastadoras en la costa caribeña de Panamá, en la ciudad portuaria de Colón, la gente comenzó a preguntarse si había sido una buena idea destruir los manglares y utilizar sus esteros como vertedero. Los desastres resaltan la importancia de la investigación sobre ecosistemas costeros tropicales en Galeta y de educar a los ciudadanos.

¿Pueden coexistir el desarrollo y la conservación en la Cuenca del Canal de Panamá?

Para la conservación es difícil coexistir con el desarrollo. Sin embargo, el caso de la Cuenca del Canal de Panamá es prueba de que se puede hacer. Esta pequeña cuenca, de sólo 3,300 kilómetros cuadrados, proporciona enormes cantidades de agua fresca para que el Canal pueda mover más de 14,000 buques anualmente entre el Atlántico y el Pacífico. También proporciona diariamente cientos de millones de galones de agua de alta calidad a los ocho acueductos que abastecen al 80 por ciento de la población urbana y la industria del país. El éxito económico del Canal y el rápido crecimiento de la economía de actividades relacionadas con la vía interoceánica ejercen una gran presión sobre las cuencas hidrográficas y particularmente sobre los hábitats costeros en ambas entradas del Canal. El bienestar de la Cuenca del Canal no está en discusión. El futuro de la economía panameña y la salud del 80 por ciento de la población y la industria depende de la protección de los bosques de la Cuenca del Río Chagres y los ecosistemas costeros de Panamá.

¿Quiénes fueron los primeros naturalistas en estudiar las plantas y animales del Istmo de Panamá?

La vida da vueltas inesperados. En la década de 1990, el Smithsonian había estado en Panamá por más de 80 años, pero los panameños sabían poco sobre el STRI o lo que hacía. En 1995, el director de Épocas, una revista histórica y cultural local, me pidió que escribiera cuatro artículos sobre cómo el STRI llegó a Panamá. Estos artículos fueron bien recibidos —especialmente por maestros locales que no tenían información sobre la historia de los primeros naturalistas que visitaron el Istmo—, de modo que Épocas pidió que se mantuvieran los artículos mensuales. Para el 2017, había escrito 250 artículos. Ha sido fascinante aprender sobre estos hombres y mujeres (nada inusuales en el mundo científico del siglo XIX, pero frecuentemente ignorados). La búsqueda de estos pioneros me llevó más allá de Panamá, hasta Centroamérica, México y Sudamérica. Estos artículos se pueden accesar a través de SRO, “Smithsonian Research on Line”.

¿Cómo hacemos que la investigación del STRI sea relevante para los niños en edad escolar de Panamá?

Hacer que la ciencia del Smithsonian sea relevante en Panamá ha sido un desafío. Durante gran parte de su historia, el Smithsonian se limitó a Isla Barro Colorado en el lago Gatún, en la Zona del Canal de Panamá administrada por los Estados Unidos: una burbuja dentro de otra burbuja. Los visitantes no necesitaban aprender español.

Cuando llegué al STRI en los años noventa, pocos panameños sabían lo que hacía el Instituto. Había que construir puentes. Uno que le proporcionara a los maestros de escuela recursos como los artículos de historia de la historia natural. Estos fueron publicados en libros y ahora los utilizan maestros de escuela.

Cuando llegué a Galeta, al descubrir que los maestros apenas sabían sobre los corales, manglares, gramíneas marinas o las criaturas que vivían allí, iniciamos un curso intensivo de dos semanas en 2007, para formarlos en hábitats costeros tropicales. Tomamos 40 maestros por año. Hasta ahora, más de 450 maestros de todo Panamá se han graduado de este programa. Se trata de un esfuerzo colaborativo del Ministerio de Educación, el STRI y la International Community Foundation, nuestro patrocinador. Evaluamos a los docentes al principio y al final del curso y las diferencias son impresionantes. Ellos aprenden mucho sobre cómo hacer ciencia, en el campo y el aula, y cómo hacer para que sea divertida. El Ministerio de Educación considera que el curso en Galeta es el mejor de Panamá.

¿Cómo hacemos para que las empresas privadas sean buenas vecinas del medio ambiente?

La segunda ciudad de Panamá, Colón, se encuentra en la entrada caribeña al Canal de Panamá y alberga los puertos más activos de América Latina, así como una masiva zona de libre comercio. La rápida expansión de la infraestructura ejerce una presión considerable sobre los manglares, los arrecifes y los pastos marinos. Para proteger a Galeta hemos tenido que involucrarnos directamente y cara a cara con las empresas, algunas de ellas muy grandes. Hemos podido obtener una zona de amortiguamiento para el área protegida alrededor del Laboratorio Marino de Punta Galeta. Las empresas también han proporcionado becas a 60 estudiantes de secundaria, con limitaciones económicas, para que puedan llevar a cabo trabajo de campo en Galeta, analizar sus datos, completar sus tesis y graduarse. Muchos han llegado a estudios de posgrado.

¿Cómo pueden nuestros programas de investigación y educación contribuir a la conservación de arrecifes de coral, pastos marinos y manglares?

En Galeta la conservación comenzó con nuestro programa de educación ambiental, basado en nuestra investigación científica. Para salvar estos hábitats costeros, los maestros y estudiantes necesitaban saber cuán valiosos eran. Uno necesita darse cuenta de que casi el 90 por ciento de la población del país vive en la costa de alguno de los dos océanos o a pocos kilómetros de ellas. Así, en el año 2000, comenzamos nuestro programa educativo dirigido a las escuelas públicas de Colón. Nuestros primeros invitados fueron 60 niños de Casa Esperanza, una institución católica que trabaja con niños en situaciones de riesgo social. Para 2015, más de 110,000 estudiantes de todas las provincias y territorios indígenas habían participado en nuestro programa educativo. Ahora tenemos un número creciente de escuelas que ven a Galeta como un sitio donde hacer trabajo de campo y aprender. Docenas de estudiantes hacen trabajo voluntario en la estación. Muchos se convierten en guías en formación, luego en guías y, finalmente, guías experimentados. Algunos ganan becas y hacen sus tesis de pregrado o posgrado en la estación. En 2004 comenzamos nuestro programa de divulgación pública, con las Charlas Smithsonian del Mes, nuestras charlas mensuales por investigadores del STRI. Estas se llevan a cabo en la ciudad de Colón en el Fuerte De Lesseps, dentro de los primeros emplazamientos de armas de la Batería Morgan, utilizada  para proteger el canal en 1910. Nuestro público está conformado por guías turísticos y guías naturalistas, amantes de las flores, taxistas, estudiantes universitarios, miembros de organizaciones no gubernamentales y profesionales.

Educación

B.A., Universidad de los Andes, 1970.

M.A., University of Essex, 1973.

Ph.D., University of Essex, 1983.

Publicaciones destacadas

Heckadon-Moreno, Stanley y Alberto McKay. 1982. Colonizacion y Destruccion de Bosques en Panama. (174pp).

Heckadon-Moreno, Stanley. 1983. Cuando se Acaban Los Montes. (172pp)

Heckadon-Moreno, Stanley and Espinoza Gonzalez, Jaime. 1985. Agonia de la Naturaleza. (327pp).

Heckadon-Moreno, Stanley. 1986. La Cuenca del Canal de Panama. Actas de los Seminarios Talleres. II volumes. (380pp)

Heckadon-Moreno, Stanley. 1990. Madera y Leña de Las Milpas. Los Viveros Comunales en El Salvador. (88pp)

Heckadon-Moreno, Stanley. 1990. Panama y sus Usos y Costumbres. (650pp)

Heckadon-Moreno, Stanley. 1995. Agenda Ecologica y Social Para Bocas del Toro. (150pp) STRI-Paseo Pantera.

Panama: Puente Biologogico: las charlas Smithsonian del Mes 1996-99. STRI (233pp) Heckadon-Moreno, Stanley. 2001.

Heckadon-Moreno, Stanley. 1998. Naturalistas Del Istmo De Panamá : Un Siglo De Historia Natural Sobre El Puente Biológico De Las Américas Smithsonian Tropical Research Institute and Fundación Santillana para Iberoamérica. 215 pages. 

Heckadon-Moreno, S. 2004. Naturalists of the Isthmus of Panama. A Hundred Years of Natural History on the Biological Bridge of the Americas Smithsonian Tropical Research Institute. 

Heckadon-Moreno, Stanley. 2006. Selvas Entre Dos Mares . Expediciones Cientificas al Istmo de Panama, siglos XVIII-XX. Smithsonian Tropical Research Institute, (312pp)

Heckadon-Moreno, Stanley. 2007. Cuando se acaban los montes Panamá: Editorial Universitaria. Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales. 

Heckadon-Moreno, Stanley. 2009. De Selvas a Potreros: La Colonización Santeña en Panamá: 1850-1980. Exedra Books, Panamá, 300 pages.

Heckadon Moreno, Stanley. 2011. A Creole from Bocas del Toro: The story of Carlos Reid. Panama: ExedraBooks. 

Exploraciones del geólogo Robert Stewart en Darién, 1947. Épocas, 28(3): 10-11. 

Heckadon-Moreno, Stanley. 2012. Neville Harte y las piedras pintadas de Panamá. Épocas, 27(8): 10-11. 

Heckadon-Moreno, Stanley. 2012. El último río del último pueblo. In: Chen Barría, José, Ser Chiricano. David, Panamá: Impresos Modernos, S.A, pp.103-120. 

Heckadon Moreno, Stanley. 2010. Alexander Wetmore y Armagedón Hartmann en el Golfo de San Blas, 1957. Épocas, 25(9): 10-11.

Heckadon-Moreno, Stanley. 2009. Alexander Wetmore y Armagedón Hartmann en Coiba y Coibita, 1956. Épocas, 24(11): 2-3. 

Heckadon-Moreno, Stanley. 2008. Alexander Wetmore y Watson Perrygo en la Serranía de Majé, 1950. Épocas, 23(9): 10-11. 

Heckadon-Moreno, Stanley. 2006. Las Tres Décadas De Fausto Bocanegra En Barro Colorado. Epocas , 4: 10-11. 

Heckadon-Moreno, Stanley, Ibáñez D., Roberto and Condit, Richard S. 1999. La Cuenca Del Canal: Deforestación, Urbanización y Contaminación Smithsonian Tropical Research Institute. 120 pages. 

Heckadon-Moreno, Stanley. 1998. El Naturalista y Americanista Tadeo Haenke En Panamá, 1790. Epocas , 5: 2-3. 

Heckadon-Moreno, Stanley. 1997. Spanish rule, independence, and the modern colonization frontiers. In: Coates, Anthony G., Central America: A Natural and Cultural History. New Haven: Yale University Press, 177-214. 

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