Investigador(a) principal: Eloisa Lasso
Coiba AIP research staff, STRI Research associate
La Isla Coiba, una de las islas más grandes y biodiversas del Pacífico Oriental y un Sitio de Patrimonio Mundial de la UNESCO, ha actuado durante mucho tiempo como un “Arca de Noé” para la flora amenazada del continente. Su aislamiento histórico—al haber funcionado como colonia penal durante casi un siglo—protegió grandes áreas de sus ecosistemas de la perturbación humana, permitiendo la supervivencia de especies endémicas y otras plantas amenazadas que han disminuido en otros lugares, algunas de las cuales están en alto riesgo de extinción. A pesar de su importancia ecológica, se sabe poco sobre el estado y la biología de las especies de plantas endémicas y amenazadas de Coiba. Las principales brechas de conocimiento incluyen el tamaño de las poblaciones, las tendencias demográficas, la distribución espacial, las interacciones con polinizadores y dispersores, los rasgos fisiológicos que afectan su vulnerabilidad al cambio climático y la diversidad genética. Esta falta de información básica dificulta el desarrollo de medidas efectivas de conservación. El proyecto tiene como objetivo abordar estas brechas mediante un estudio detallado de la biología y ecología de las especies de plantas endémicas y amenazadas de Coiba. Esto incluye evaluar el estado de sus poblaciones, comprender las interacciones ecológicas, analizar los rasgos fisiológicos para predecir su resiliencia al cambio climático y estudiar su diversidad genética. Al generar datos esenciales, el proyecto sentará las bases para estrategias de conservación fundamentadas en evidencia que protejan estas especies únicas y sus hábitats. En última instancia, esta iniciativa contribuirá a preservar la excepcional biodiversidad de la Isla Coiba, asegurando que sus especies endémicas—que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta—sean salvaguardadas para las generaciones futuras. Proteger este santuario es fundamental para garantizar la supervivencia de estas plantas y los ecosistemas que sustentan.
Habilidades requeridas: Conocimientos básicos de fisiología vegetal y/o genética de conservación; manejo de Excel o software similar para la gestión de datos; conocimientos básicos de métodos estadísticos y cuantitativos; atención al detalle (esencial); disposición para acampar y trabajar al aire libre en condiciones desafiantes, como calor, sol, lluvia, mosquitos y otros animales; habilidades básicas en laboratorio de genética molecular (preferidas pero no obligatorias); capacidad para nadar y disposición a navegar en bote, a veces en mares agitados (preferible); disposición para trabajar con grupos diversos; adaptabilidad a situaciones incómodas; y compromiso con la comunicación científica y la divulgación pública.
