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Los microbios podrían detener la epidemia que está matando a las ranas
Gamboa
Las bacterias en la piel de las ranas panameñas podrían ayudar a resistir las infecciones por hongos en anfibios y humanos a nivel mundial
En las últimas décadas, una enfermedad letal causada por el hongo quítrido ha diezmado las poblaciones de anfibios en todo el mundo, causando la extinción de algunas especies. Esto se debe en parte a los tipos de hábitats en los que viven muchos anfibios: lugares húmedos, que favorecen el crecimiento de microorganismos. El hongo quítrido también prefiere las temperaturas frescas, por lo que la mayoría de las especies de anfibios vulnerables a la epidemia viven en bosques nubosos.
Sin embargo, el hongo quítrido no es el único que disfruta de las agradables condiciones ambientales. Innumerables otros microorganismos están presentes, muchos de los cuales han hecho de la piel de rana su hogar. Para los investigadores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) e INDICASAT AIP, algunos de estos residentes invisibles de la piel anfibia podrían estarle haciendo un favor a sus anfitriones, al producir metabolitos que inhiben el crecimiento de hongos y otras bacterias.
“Como resultado de la evolución, es de esperar que los anfibios posean compuestos químicos que puedan inhibir el crecimiento de bacterias y hongos patógenos”, explicó el científico de STRI Roberto Ibáñez.
Él es uno de los autores de un artículo publicado recientemente en Scientific Reports, que explora los compuestos de las bacterias en la piel de rana como posibles fuentes antifúngicas para el beneficio de humanos y anfibios.
Se tomaron muestras de siete especies de ranas para este estudio, todas de las tierras altas de Chiriquí en Panamá, una zona del país conocida por sus montañas, ríos y clima fresco. Para los anfibios, también es un lugar donde el hongo quítrido ha causado estragos.
Después de análisis en el laboratorio, el equipo determinó que las muestras tomadas de la especie Craugastor crassidigitus mostraban los resultados más prometedores. Dos bacterias aisladas de su piel exhibieron la mayor resistencia al hongo quítrido. Una de estas también mostró un fuerte potencial contra Aspergillus fumigatus, un hongo que afecta a humanos, principalmente a pacientes inmunocomprometidos.
Aunque fue muestreada en las tierras altas, la C. crassidigitus también se encuentra en los bosques de tierras bajas, las plantaciones de café y los pastizales, áreas más cálidas donde el hongo quítrido no se considera una amenaza para las ranas.
Aún así, estos resultados son esperanzadores. Investigaciones adicionales sobre las bacterias en la piel de las ranas panameñas pueden llevar al desarrollo de fármacos alternativos para tratar los hongos que causan la aspergilosis en los seres humanos, que es cada vez más resistente a los medicamentos, y a resistir la epidemia por el hongo quítrido, la principal causa de muerte por enfermedad entre los anfibios de todo el mundo.
Para Ibáñez, que también es parte del equipo del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá del Smithsonian, que ofrece un hábitat temporal para las especies de ranas tropicales más vulnerables a la epidemia, esto es solo el comienzo de esta línea de investigación. Sus colegas de INDICASAT están de acuerdo.
“Estamos presentando una nueva familia de compuestos químicos que se encuentran en las ranas panameñas y que podrían ayudar a los anfibios en todo el mundo”, dijo Christian Martin, el primer autor del estudio junto con el investigador principal Marcelino Gutiérrez, ambos de INDICASAT. “También estamos mostrando a la comunidad científica un conjunto de posibles moléculas alternativas para combatir la resistencia a los medicamentos que presentan algunos hongos que afectan a los humanos. Aunque se necesitan más estudios, nuestra colaboración podría despertar el interés en la conservación de anfibios como una fuente novedosa de compuestos bioactivos en los seres humanos”.