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Península Burica, Panamá
Las ballenas grandes comúnmente migran largas distancias, pero ¿cuándo en su pasado evolutivo comenzaron a migrar y por qué? Los fósiles de percebes de ballena podrían tener las respuestas.
Muchas ballenas realizan largos viajes cada año. Pasan sus veranos alimentándose en las aguas frías y luego migran hacia las cálidas aguas tropicales para reproducirse. Una teoría sugiere que estas largas migraciones se originaron hace unos 5 millones de años, cuando la productividad del océano se hizo cada vez más irregular. Pero los patrones de las antiguas migraciones de ballenas han sido, hasta hace poco, un misterio. Científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y de la Universidad de California, Berkeley abordaron esta inquietud con una técnica ingeniosa: los percebes.
“En lugar de buscar pistas sobre los patrones de migración en los huesos de ballena, utilizamos percebes de ballena”, dijo Larry Taylor, científico visitante de STRI y estudiante de doctorado en la Universidad de California en Berkeley, quien dirigió el estudio.
Los percebes son crustáceos (como los cangrejos, langostas o camarones) que viven en un solo lugar, dentro de una concha dura. La mayoría se adhieren a rocas, pero los percebes de ballena succionan la piel de las ballenas y se adhieren a ella.
Fósil de percebe de ballena en la península de Burica en el Pacífico panameño. Crédito: Larry Taylor.
“Los percebes de ballena generalmente son específicos de cada especie, una especie de percebe para un tipo de ballena”, dijo Aaron O’Dea, científico permanente de STRI y co-autor del estudio. “Esto le da al percebe varias ventajas: una superficie segura para vivir, un viaje gratuito a algunas de las aguas más ricas del mundo y la oportunidad de encontrarse con otros percebes cuando las ballenas se juntan para aparearse”.
A medida que crecen los percebes de ballena, sus conchas registran las condiciones ambientales al absorber los isótopos de oxígeno del agua. Analizando cuidadosamente el registro de isótopos que queda en las conchas, los percebes pueden revelar los cuerpos de agua por los que pasaron, ayudando a reconstruir los movimientos de la ballena a lo largo del tiempo.
El estudio, publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, analizó varios percebes de ballena fósiles y modernos, de la costa del Pacífico de Panamá y California.
“Las señales que encontramos en los percebes fósiles nos mostraron claramente que las antiguas ballenas jorobadas y grises emprendían viajes muy similares a los que hacen estas ballenas hoy en día”, dijo Taylor. “Parece que las migraciones para reproducirse en verano y para alimentarse en invierno han sido parte integral de la forma de vida de estas ballenas durante cientos de miles de años”.
“Queremos llevar la técnica más atrás en el tiempo y a diferentes poblaciones de ballenas”, dijo Seth Finnegan, co-autor de UC Berkeley. “Encontrar percebes de ballena fósiles es más fácil que encontrar ballenas, y proporcionan una gran cantidad de información que está esperando a ser descubierta”.