Fósiles expuestos de hace 7,000 años revelan cómo la pesca humana transformó los arrecifes del Caribe
Conectados
al Océano
El uso de los recursos marinos ha influido en las poblaciones humanas del Istmo Centroamericano durante milenios
Por: Rosannette Quesada-Hidalgo
En una importante revisión científica, científicos revelan la crítica interacción entre factores biológicos, culturales y ambientales que han dado forma a la dependencia histórica de las sociedades humanas a los recursos marinos en la costa Pacífica del Istmo Centroamericano.
No es coincidencia que la mayor parte de la población mundial viva cerca del océano. Históricamente, las localidades costeras ofrecen ventajas para el comercio y el acceso a recursos. En una reciente publicación en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B, científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) se preguntaron: “¿Qué papel jugaron los recursos marinos en las sociedades humanas que habitaron el delgado istmo que conecta América del Norte con América del Sur?” Sus resultados son profundos: durante más de 16000 años de ocupación humana del Istmo, sin importar los cambios climáticos o ecológicos, los recursos marinos han jugado un papel constante e importante en el sustento humano.
Pueblo Pedro González en la isla Pedro González, una isla ubicada en el archipiélago de Las Perlas, Panama.
Crédito: Leila Nilipour
Esta revisión, que los autores destacan que fue inspirada por el trabajo pionero del arqueólogo del STRI Richard Cooke (Q.E.P.D), busca inspirar a una nueva generación interesada en la investigación del Istmo. “La investigación histórica de las Américas se ha centrado predominantemente en el Caribe y en las civilizaciones vecinas Maya e Inca”, comenta el autor principal Jonathan Cybulski, “mientras que el área del Istmo, y en particular su costa pacífica, ha sido poco estudiada”. Esta es la primera revisión de este tipo en la región, y los autores intentaron integrar diferentes conjuntos de datos, estudios de caso e historias accesibles para ecólogos, arqueólogos, investigadores ambientales, estudiantes y más allá.
Jonathan Cybulski, investigador asociado del STRI y autor principal de la reciente publicación sobre la historia de la costa pacífica del Istmo Centroamericano.
Crédito: Leila Nilipour
Este estudio altamente colaborativo examina el uso a largo plazo de los recursos marinos en el Istmo Centroamericano, particularmente en las costas pacíficas de Costa Rica y Panamá —una región donde el océano Pacífico ha tenido un rol clave en la evolución cultural, ecológica y climática. Los autores analizan la relación entre el ambiente y los humanos desde el Último Máximo Glacial (aproximadamente hace 25 000 años) —cuando el clima global era más frío y seco, y el nivel del mar era aproximadamente 120 metros más bajo que hoy— hasta la aparición de la pesca industrial en la década de 1950. Su investigación integra evidencia de paisajes, clima, precipitación, temperatura y patrones de subsistencia humana a lo largo de este extenso período. A través de esta revisión, se identifican tres principales cambios históricos en el uso de recursos:
1. El cambio hacia la agricultura (aproximadamente hace 10 000 años): A medida que el clima y el hábitat cambiaban y la presión ejercida por la caza humana llevó a la extinción de la megafauna prehistórica en América, las personas tuvieron que adaptar el uso de los recursos. Esto condujo a la primera señal clara de impacto ambiental humano en el Istmo: el manejo forestal mediante quemas controladas. Poco después surgió la agricultura, lo que probablemente favoreció la transición de estilos de vida nómadas a comunidades más asentadas. A pesar de la inestabilidad climática continua, los asentamientos permanentes prosperaron, especialmente en las zonas costeras, fomentando un crecimiento de la población. De manera crucial, todas estas comunidades dependían cada vez más de recursos marinos —como bagres, salmonetes y moluscos— para su subsistencia.
2. La estabilización del nivel del mar (aproximadamente hace 7 000 años): Con la estabilización del clima y del nivel del mar, surgieron deltas ricos en nutrientes en los ríos, manglares y densos arrecifes de coral, creando nuevos entornos para el uso humano. La evidencia arqueológica muestra comunidades prosperando en ríos, costas e islas —con poblaciones isleñas dependiendo fuertemente de recursos arrecifales como moluscos, peces roncos, jureles, meros y peces loro.
Estas sociedades empleaban estrategias mixtas de subsistencia: recursos marinos, expansión agrícola (como el cultivo de maíz) y caza, lo que pudo haber contribuido a la extinción de algunos mamíferos pequeños en Isla Pedro González en Panamá. A nivel regional, los moluscos eran tan importantes que incluso se usaban como ornamentación y para el comercio, lo que destaca un vínculo cultural profundo con el océano.
3. La llegada de los españoles (1501 d.C.): La llegada de los españoles al Istmo transformó drásticamente tanto los paisajes como los patrones de uso de recursos. Aunque ya existía cierta evidencia de sobreexplotación y manejo del paisaje antes del contacto, los españoles introdujeron un enfoque fundamentalmente nuevo: el comercio internacional con fines económicos, en vez de fines cultura o de subsistencia. Como señala Cybulski: “La visión del Istmo como un recurso extraíble se convirtió en un fenómeno global”.
Los autores concluyen que queda una pregunta fundamental: ¿cómo podemos crear una relación sostenible con el océano? “Lo más humilde para mí acerca de nuestros océanos es el enorme rol que tienen de controlar nuestro clima, temperatura, alimentos e incluso el oxígeno que respiramos”, expresó Cybulski. “Pero más allá de eso, es parte de nuestra historia y cultura humana. En realidad, el océano ha jugado un papel crítico en moldear lo que nos hace humanos. Ojalá que este artículo sea un recordatorio poderoso de eso y que inspire a la protección y conservación que tanto necesita”.
Brígida De Gracia y Erin Dillon explorando Isla Bartolomé, una isla ubicada en el Archipiélago de Las Perlas, Panamá.
Crédito: Leila Nilipour
Esta investigación fue el resultado de un esfuerzo colaborativo que incluyó al STRI, la Graduate School of Oceanography de la Universidad de Rhode Island, la Universidad Externado de Colombia, el Departamento de Antropología de la Universidad de Illinois en Chicago, la Estación Científica Coiba AIP, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT) y su Sistema Nacional de Investigación (SNI), y el Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales – AIP en Panamá.
La investigadora del STRI Brígida De Gracia explorando Playa Don Bernardo en la isla Pedro González, Archipiélago de Las Perlas, Panamá.
La investigadora del STRI Erin M. Dillon explorando Playa Don Bernardo en la isla Pedro González, Archipiélago de Las Perlas, Panamá.
El científico del STRI Aaron O'Dea examinando una muestra recolectada recientemente en el Archipiélago de Las Perlas, Panamá.
Referencia: Cybulski JD et al. 2025 Historical Ecology of the Southern Central American Pacific Coast. Phil. Trans. R. Soc. B 380: 20240042. https://doi.org/10.1098/rstb.2024.0042